sábado, 6 de octubre de 2007

Inevitable




Será el dolor de la incertidumbre,
y la certeza del adiós de su espalda
que parte buscando duendes.

Será la tristeza de adivinar
que sueña con libélulas
encantado por besos remotos.

Será, en adelante,
la competencia por inaugurarme cada noche
y reinventarme perfecta.

Lo supe siempre:
no es inteligente enamorarse de un poeta.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Desde cuándo el amor es inteligente?

Un poeta...¡No es tan malo!