miércoles, 5 de diciembre de 2007

Cuestión de tiempo


Puedes evitar el encuentro,
retrasar la carta,
esquivar un beso.
Pero te vuelves frágil

cuando mi presencia te cerca
y mi piel te llama.

Para qué luchas?
Desde que abotonaste tu camisa
pensando en mis dedos,
ya perdiste.

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