jueves, 26 de junio de 2008

Homesick


Que la vida no sobreescriba en mis mejores páginas. Que deje intacta el aura de milagro que acompañó mis mejores momentos. Sólo así, le perdonaré sus arrebatos, sus promesas incumplidas, sus sueños despertados cuando todavía había tiempo.

Sólo por eso, dejaré que entres silencioso al olvido, llevándote el camino brillante de dos o tres lágrimas surcando la desnudez de tu espalda, en el sitio aquel donde contuve el deseo de clavar mis uñas.

Después lo demás será sereno, ruido de agua que cae, mar que se aleja sin esperanza de regreso. Después todo será recuerdo de abuela en mecedora. Historia patria.

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