domingo, 11 de mayo de 2008

Sin azúcar



"-Dos cafés", digo. Parece que el mesero no entendiera mis palabras y su gesto interrogante sólo consigue exasperarme un poco más. "- Sí, dos cafés", repito. Obvio, siempre han sido dos, desde aquella mediatarde en que supimos que los problemas puestos sobre esta mesa se solucionaban con la primera risotada.
Le agrego edulcorante al mío y dos cucharadas de azúcar al tuyo, bien sé que no te preocupa la silueta, salvo cuando fastidia para algunas posiciones horizontales. Me agrada verte a través del vapor que emana del café que el mesero, al fin, puso sobre la mesa, luego de un momento eterno de vacilación como si no pudiera decidir donde ubicarlo. Todos son medio tontos, te susurro con una sonrisa. Parece que la ola de calor no te pegara mientras yo transpiro por todas partes. Nadie ha notado que, por debajo de la mesa, me acaricias la pierna con ese gesto inocente tan tuyo. Desde el primer día supe que eras para siempre, a pesar del mundo, a pesar de esas construcciones sociales que limpian sus uñas en las carnes ajenas. Envidian que nos hayamos encontrado y, lo que es peor, que nos hayamos reconocido.
Evito hablarte, en verdad sé que no necesito las palabras para que sepas qué pienso, y además si hablo la gente que ocupa las mesas de alrededor me mira extrañada. No han faltado risas entre dientes y codeos discretos que me tienen sin cuidado.
Afuera oscurece. El mesero me trae la cuenta, mira de reojo tu café frío y me dice: "-Señora, él tampoco vendrá hoy y ya es hora de cerrar".

3 comentarios:

Pedro Pablo Pérez S dijo...

Ali, me encantó este cuento con una dósis de locura que provoca el amor y la soledad que engendra.

Un abrazo

adriana dijo...

Hermoso,ademas tiene mi vicio...el café

Anónimo dijo...

Es incomprensible la ceguera de "los otros" que en su simplona rutina cotidiana sólo ven lo que sus ojos les dejan, sin sentir, sin oler ni probar la perfección de esa otra realidad... Ellos sólo ven un café que se enfría.

Gracias por transportarme a ese lugar también a tomar un café.
Saludos