jueves, 22 de noviembre de 2007

Café y lluvia. (Valores relativos)

No sé que es. Tampoco importa. No todo tiene que tener una explicación lógica. De las mejores cosas que he tenido en la vida, cualquier persona racional podría decir que no valen nada: un acorde de tango, el papel de un chocolate, una caricia imprudente, una espera recompensada. Defiendo la locura y sus habitantes, los que pueden entender que el aroma del café y el ruido a lluvia me remiten a tí.
Tal vez por eso, si algún día te volvieras cuerdo, si condicionaras el vuelo de las mariposas a poderlas comprar, si sintieras que el papel es más importante que el poema, ese día, el café y la lluvia volverían a ser simplemente agua.

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