viernes, 2 de noviembre de 2007

Te quiero, pero me quiero...

Sin título.

Mordí el cordón
como quien nace muerto,
o demasiado vivo.
Tengo la ternura de Nietzsche
y la simplicidad de Borges.
No me verás arrodillada
ni para hacerte el amor.

Pero te entrego el alma,
a cambio de que no quieras
volverme
una arruga entre tus sábanas.

No hay comentarios: