viernes, 18 de julio de 2008

Espuma

Otra vez la espuma, que se desliza suave por mis piernas. Mi piel toda se prepara para verte. El ritual me hace feliz en una especie de adelanto fantástico que te trae a mis brazos antes de tiempo.
Cierro los ojos y te imagino, mientras el agua tibia me recorre, presagiando tus manos. Me sorprendo repitiendo ese gesto tan tuyo. Acabaré pareciéndome a ti y eso sería una tragedia. Ya bastante con verte en cada esquina, en el comentarista de las noticias, en el tipo de la propaganda, en el retrovisor del carro, en el brillo de las gotas de lluvia.
Ya suficiente con repetir tu nombre, sólo por el placer de recorrer con mi lengua cada una de sus letras, como si fueran de chocolate. Tararear tu canción, recitar el poema cursi y esperar la venia de un reloj que se resiste a avanzar. Quiero permanecer así, con mis ojos cerrados, de cara al agua, de espaldas a la realidad.
Abrir los ojos es ver cómo el agua empuja montañas de espuma que ruedan resignadas por mis piernas y desaparecen en la oscuridad del desagüe. Es recordar el reloj marcando una hora que no llega.
Es aceptar que depilarme hoy, es otro inútil homenaje póstumo.

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