domingo, 20 de julio de 2008

Rejas

En el centro de una balanza que marca sin misericordia más errores que aciertos. Imán de espinas y piedras, soy la quietud extrema del ojo de un huracán. Me importan un rábano sus opiniones, si cierro los ojos voy más lejos y se quedan en la distancia. Si los abro, creen que me tienen, pero soy más fuerte que sus peores miedos. Y descanso, en el rincón escondido que ocupa mi espacio, donde la tinta es del color que yo decido y las lágrimas ruedan hacia los ojos. Si te notan vulnerable no vacilarán en atacar como buitres tus mejores versos, y no se cansarán de reir sobre los pedazos.

No abras la puerta. A veces una cárcel es el mejor escudo.

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