viernes, 8 de febrero de 2008

Manual de la despedida



El adiós debe ser, en lo posible indoloro y discreto. Carente de llantos y mocos, que tienden a destruir la poca magia que pudiera haber quedado de lo que ya no es. Cortesía y amabilidad son obligadas. Evitar, en lo posible gritos y ademanes. Evítese también amenazar con asesinatos y suicidios a menos que vaya a pasar a la acción de manera inmediata. Se acepta esgrimir argumentos, siempre y cuando no menosprecien la honra femenina ni dejen entrever desempeño sexual ineficiente o alusiones innecesarias a tamaños.


Por sobre todas las cosas, trate que el adiós sea oportuno. Sólo es más humillante que una adíos solicitado uno solicitado y desoido.


Con todo, en este intercambio último, la buena educación exige devolver anillos, cartas y prendas de menor cuantía, quedando al juicio y la buena fe de los despidientes objetos de mayor valor comercial, tales como apartamentos, casas o automóviles.

5 comentarios:

Gabriela dijo...

Alicia: Gracias por el gesto de incluir el poema en tu espacio, muchas gracias.

Manual de despedida, muy buena tu forma de tomar lo contidiano entre la ironía y el humor, excelente, siempre saca una reflexión y una sonrisa.

El que le sigue, que no recuerdo el Título, también me gustó...nada como el beso, ese instantae donde se detiene todo, donde nada se piensa solo se disfruta.

Saludos Cordiales.

Gabriela Abeal.

Alicia dijo...

Lo de tu texto, por el contrario, es un honor poderlo incluir. Del resto, pues...un ratito de romanticismo y alguito de humor. Gracias por tus comentarios.

Kenneth Moreno May dijo...

jaja. deberias sacarlo como una forma de contrato pre-romance. con clausulas adicionales en relacion a mascotas y todas esas cosas.
ganarias mucho dinero.

Alicia dijo...

Voy a trabajar en los parágrafos, gracias por tu sugerencia. jajaja

Gabriela dijo...

Alicia: Gracias por tus palabras, y no es mala idea la sugerencia de sacar "Manual de despedida, Inventario"

Saludos Gabriela