lunes, 4 de febrero de 2008

Otoño

Trataré de disimular lo mejor posible, la gente no creería las cosas imposibles que puedo hacer. Me resulta irónico pensar que se asustan de las películas de terror, donde la sangre ni siquiera hace el esfuerzo de disimular su procedencia vegetal. Creen, de manera espontánea y desprevenida, que hay tipejos que sobrevuelan edificios, que les salen colmillos, que adivinan el futuro. Pero serían implacables conmigo. No me perdonarían si les dijera que ayer fui brisa. Que me volví intangible y me colé entre tus secretos. Que mis manos de aire se extendieron por tu pecho hasta abrazarte. Acaso no te diste cuenta? Me miran con miedo, y eso que aún no les he contado. El único que no se asusta sos vos, porque a veces también te disfrazás, como ahora, cuando nadie creería que me sonreís desde el telón de fondo de mis ojos cerrados. Vos sí me entendés. Cuando tus manos me tocan, les crecen raíces que se hunden en mí buscando quien sabe qué paraíso húmedo.
Por eso me gusta verte vestido de anaranjado, porque te presiento estallando en miles de hojas que me llueven hasta dejarte desnudo, árbol de mi país en otoño. Nada puedes esconder entonces. Las cicatrices que amores pasados dejaron en tu tronco, se exhiben, ya sin pudores. Las ramas rotas, las que no alcanzaron a nacer, las que arrancaste...
Creo que no me perdonan que sea feliz contando tus hojas en lugar de los billetes en mi cartera. Dicen que estoy loca. Que un árbol no es suficiente abrigo, que sería mejor que los acompañara al almacén de turno donde la gente se mata por las ropas en promoción. No entiendo la lógica que le confiere más importancia a un anillo de diamantes que a un beso y eso, les otorga suficiente motivo como para haberme encerrado. Por eso cuando vienen a traerme los dulces, se los recibo sonriente y no te menciono, para que no sospechen que, apenas se me pase el efecto de los sedantes, volveré a ser brisa y te iré a buscar donde quiera que estés plantado.

1 comentario:

Pedro Pablo Pérez S dijo...

Alicia, gracias por visitarme. Me gustaría continuar el contacto literario, y sobre todo seguir leyendo textos tan sensibles y hermosos como " Otoño"

Un saludo.