martes, 19 de febrero de 2008

Pedro Pablo Pérez Santiesteban

El lenguaje de las manos.

La mano,
la mano tiembla
al sentir el empeño de la piel.

La piel que se entrega
sin reparos ni temores,
silenciada por una lejana brisa
que llega repentina del Oriente.

Se abre en pedazos,
triturando la carne trémula,
penetrando con cautela
hasta el profundo pozo
de locas ansiedades.

1 comentario:

Pedro Pablo Pérez S dijo...

Es un placer, un verdadero placer, estar por estas páginas. Gracias Alicia.